martes, 9 de septiembre de 2014

FRANCISCO MADARIAGA, POETA

1927

El poeta Francisco Madariaga nace en Corrientes.

Poeta y escritor, colaborador de la revista Ultimo Reino, fue autor de "El pequeño patíbulo", "La llegada de un jaguar a la tranquera", "El delito natal", "La balsa mariposa", "País garza real", "Las jaulas del sol", etc.

Efemérides de TELAM.
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VIAJE AL PARAGUAY CON OLIVERIO



Brillan todos los pájaros y estamos viajando al

Paraguay.

Lejos van quedando las costas del Plata y del

Atlántico,

Las estaciones de andenes con aliento a zorrino

De la Provincia de Buenos Aires,

y la laguna del Tordillo.

A nuestro costado una franja de todos los colores

de la Cuenca del Plata aborda a nuestro barco.

Mi padre y un changador alcohólico, de barbas

rojizas,

nos saludan desde la brillante costa correntina.

Una laguna se ha colocado –como sombrero celeste-

sobre el camposanto donde viven.



El Río de la Plata se le ha salido del sombrero,

Oliverio,

y desborda en su camarote.

-Pero, che, Madariaga, usted se ha meado todo un estero.

-No, es el agua que usted recogió en la Bahía de

Samborombón,

y la tenía guardada en su sombrero.



Derecho, allá, donde el crepúsculo tiene volteada a

una palmera,

está mi rancho con techo de hojas de palmeras.

Al regresar, entraremos en esos palmares, en una

volanta celeste y negra:

la misma que manejaba Anastasio Jenuario –un negro

rengo-,

conduciendo a mi abuelo en 1881.



Aquel es mi pedazo de recuadro del mundo recibido

Antiguamente por las fieras.



-Che, camarero.



El paquebote se dirige a los esteros paralelos a la

costa.

Quiere vararse en la parte florecida, colorada, verde

y cremosa del estuario.

Hemos varado, pero conozco algunos canoeros que,

Botando con tacuaras rosadas y amarillas, nos

bajarán en una costa firme.

Nos haremos de montados para llegar a algún

puertecillo natural.

Nuestro barco recuperará la marcha.



Ya estamos frente al puerto de Corrientes, y el postre

de la tiniebla entera ya ha llegado.

Durmamos una medianoche, hasta que los monos nos

devuelvan la luna,

y no habrá más peligro de vararse en un estero.



Asunción baila ya su galopa del encuentro,

Arden las mulatas verdes de ojos dorados.



¿Oye el sonido multicolor del canto de ese pájaro,

Oliverio?

Es el pájaro de una princesa guayaki, que se enjoyaba

con los ojos de ese pájaro de infierno.

Estamos en la bahía de Asunción y corre el fuego.

La chiquilla de las naranjas canta en el alba,

descalza y vestida de frutas enarenadas.



Estamos entre jazmines y mosquiteros.

Vamos a comernos todo el Mercado.

Raptemos a:

una burrera,

una naranjera,

una mendiguera,

una india con las orejas llenas de

frutas,

una galopera,

una canoera,

una tortera,

una yuyera,

una frutillera,

una aguatera,

una canera,

una payesera,

una cigarrera,

una vendedora de coronas de agua

de ananá,

para beber toda la siesta.



Oliverio, nos espían desde sus carpas

las hechiceras:

serán nuestras amigas,

nos ofrecerán las mejores mujeres.





(Antes de morir, Oliverio Girando me invitó a viajar con él a Paraguay.

El viaje no se llevó a cabo. Después nació este Sueño, en homenaje al gran poeta y amigo)

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