esta casa a la que llamo las iguanas
No me fue legada la levanté con estos ojos
piedra sobre palabra palabra sobre piedras
que ya no querrá llevarse el zonda
iguanas dueñas
de mañanas claras
desde la galería las
oigo rezar mi nombre
las dejo que me llamen como si al sol
sobre la pirca hubiesen contagiado
un río
y me pasase entre los dedos
almacén de azahares tropel de belfos
salmodia de sauces y ladridos
procesión donde los otros nombres
procuran abrigarse
o enlutarse con ceniza
las dejo que me digan
al fondo
el faldeo aleve
revienta en espinos
de espaldas a la lluvia
la casa
es toda mía.
del libro:
Si tanto te han herido
Jorge Paolantonio
Ediciones de la Garza Mora - 2016
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